La propuesta que, basada en el tamaño de la baya, hemos aportado al sector vitivinícola riojano para comercio de la uva de calidad nos permite afrontar en análisis y cálculos nuevas posibilidades.
En la época de maduración, al nivel cronológico de 1 de octubre, hemos analizado bayas de Tempranillo en peso por cien bayas y un sistema standard de extracción a pH 3.0 y en caliente de polifenoles.
Los resultados se exponen en el cuadro siguiente y relacionan entre sí grado glucométrico, IPT, Antocianos y peso de 100 bayas.
* Ligera actividad oxidásica
Esta conjugación de datos sobre un eje base de peso de 100 bayas nos permite deducir que al ir aumentando el peso de la baya por una maduración en ambiente húmedo como la de 1998, se produce un empobrecimiento en tanino y un relativo enriquecimiento en antocianos libres.
Ratifican estos resultados la opinión que venimos conformando sobre tamaño de uva y calidad de vino:
- Para vinos de Gran Reserva deben ser bayas de menos de 2 gramos.
- Para Reserva pueden ser hasta 2.2 gramos.
- Para Crianza pueden alcanzar hasta 2.4 gramos.
- Y para vino del año hasta 2.6 gramos.
© Manuel Ruiz Hernández, 1998